sábado, 22 de diciembre de 2012

No más tú. No más yo. No más nosotros.

No más te quiero. No más te odio. No más te amo. No más te adoro. No más para siempre. No más hasta nunca. No más eres especial. No más eres mediocre. No más eres única. No más eres como los demás. No más besos. No más caricias. No más sonrisas. No más risas. No más abrazos. No más patadas. No más estocadas por la espalda. No más caras largas. No más ojos anegados de lágrimas. No más días llorando. No más días riendo. No más noches hablando. No más noches sin hablar. No más felicidad al recordarte. No más melancolía al no tenerte. No más historias raras. No más palabras comunes. No más palabras vacías. No más amaneceres. No más anocheceres. No más noches muertas. No más días pasados.  No más perdona si molesto. No más tú nunca molestas. No más ironías. No más mentiras. No más verdades. No más pelis. No más libros. No más canciones. No más frases. No más adivinanzas. No más historias. No más sentirme bien cuando me hablas. No más sentirme mal cuando dejas de hacerlo. No más sentirme mal cuando desapareces. No más sentirme triste cuando veo que tonteas con otras. No más sentirme decepcionada. No más sentirme traicionada  No más sentirme nada.  No más nada. Si es contigo, yo no quiero nada.

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