lunes, 28 de octubre de 2013

Adelante por los sueños que aun nos quedan, adelante por aquellos que están por venir.

'Adelante porque no importa la meta, el destino es la promesa de seguir adelante'.
Hoy, a 28 de octubre de 2013, en segundo de bachillerato, con toda la vida por recorrer, busco desesperadamente motivaciones que me animen a seguir adelante.
En principio mi motivación era: si apruebas selectividad te sacas el carné, te vas de vacaciones con tus amigas y te pasas un verano de olé. ¿Y después?
Después, no sé, no sé si lo que quiero estudiar verdaderamente me va a gustar, es una decisión muy importante y no se puede tomar a la ligera. Quiero encontrar aquello que de verdad me apasione, que cada mañana al despertar me sienta feliz por hacer aquello que me gusta. Quiero sentir esa pasión que se siente cuando encuentras la verdadera vocación... Pero es tan difícil...
Mientras tanto toca estudiar cosas que no me gustan, que probablemente no me sirvan para nada y que después de este año olvide. Toca aguantar a profesores que te hacen la vida realmente imposible. Toca aguantar el dormir más bien poco, las tardes de flexo y manta, el frío, la desgana, el cansancio. La desmotivación al ver que no obtienes los resultados queridos...
¿Y para qué? Para acabar estudiando algo que no te apasiona, para acabar en paro, para acabar viviendo a los 35 con mis padres, soltera y amargada.

lunes, 14 de octubre de 2013

La triste historia de una ciega y un cobarde.

Por fin he comprendido que no podemos ser nada. Por fin abrí los ojos y me di cuenta. Esta vez, para variar, no me ha hecho falta estamparme contra un muro para darme cuenta, solo me hizo falta una conversación estúpida y un par de palabras intercambiadas.
Somos dan diferentes, y a la vez tan iguales... Te guardo cariño, pero te mentiría si te dijera que no me das pena, y es que sí, en el fondo de mi corazón el amor se convirtió en odio, el odio en ira, la ira en tristeza, la tristeza en melancolía, la melancolía en alivio y el alivio en pena. Es un sentimiento muy pequeño, guardado en una esquina al fondo, pero ahí está.
Ya no siento nada cuando oigo cosas tuyas, ni cuando leo conversaciones antiguas, ni si quiera cuando hablo contigo. Ese vacío y esa indiferencia me han hecho darme cuenta de que en realidad, nunca seremos más de lo que un día fuimos, dos extraños que se amaban sin apenas conocerse, nunca seremos más de lo que tuvimos, una historia distorsionada y dos personas que no sabían distinguir la realidad de la mentira.