sábado, 29 de diciembre de 2012

¿Matarte? Tú deberías haber nacido muerto. Tú ya estás muerto.

Cuando lo pienso creo que soy retrasada, es una palabra muy fea, pero no encuentro otra que me describa mejor.
¿Cómo cojones pude ser tan sumamente tonta? No lo sé, no me lo explico. Será porque me fío demasiado de la gente. O porque de verdad me enamoré. No sé.
Empecé a sospechar demasiado tarde. Y a cada cosa que me entero flipo más aun, que ya no sé ni por qué me alarmo, si ya sé lo que hay, pero hay cosas que mi mente no puede soportar. Hay cosas que mi conciencia se niega a aceptar que existen. Es que no puede ser. No hasta ese punto.
¿Qué cojones era real entonces? Yo sé la respuesta, nada. Ni los te quiero, ni las noches en vela, ni los mensajes empalagosos, ni los amaneceres, ni si quiera él, nada.
Pues ya está, ¿sabes qué tienes que hacer no? Pues eso. Para mí estás muerto. Hace tiempo que debía haberte matado, hace tiempo que debía haberte sacado definitivamente de mi mente. Supongo que solo me hacía falta un empujoncito más. Supongo que lo único que me hacía falta saber era eso. Supongo que es la idea de un nuevo año, mejor que el anterior, sin secretos y sin mentiras, es lo que me da la fuerza suficiente que necesito para matarte.
¿Te echaré de menos? Puede, pero nah, no lo creo.

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