sábado, 24 de diciembre de 2011

No soy una muñeca de trapo, quiero que te des cuenta.

Justo cuando ya te había logrado sacar de mi cabeza vas y apareces. ¿Por qué me haces esto?
Primero entras en mi vida sin que nadie te de permiso, me encariño contigo, nos hacemos amigos, me doy cuenta de que te quiero, me acabo enamorando como niña tonta que soy. Luego dejamos de hablar, por mi cabeza pasan miles de teorías y efectivamente una es correcta. Me engañas, desapareces de mi vida, sufro, lloro, rabio, pataleo, te deseo todo el mal del mundo, pero te acabo 'olvidando'. Cuando consigo sacarte de mis pensamientos y que dejes de estar presentes en ellos a todas horas vuelves a aparecer sin que nadie te de permiso de nuevo. Me lo explicas, te escucho, te doy otra oportunidad, me dices que me quieres, te vuelvo a querer, nunca deje de hacerlo. Te vuelvo a tener en mi cabeza las veinticuatro malditas horas del puto día. Pero ya no sé si creerte, vuelven a mi las dudas, si me has engañado una vez me puedes engañar dos. Te quiero, eso lo tengo claro, pero no sé si tú a mi también. Te odio y te amo, es inevitable. Me pisoteaste, acabaste conmigo, rompiste mi corazón en mil trocitos y los desparramaste por todos lados, y ahora, ahora quieres volver a juntar todos los trozos pero te falta uno, la confianza, ese es el que más te va a costar encontrar de nuevo. Quiero hablarte y dejar de hacerlo. Quiero que pienses en mi tanto como yo en ti. Quiero saber que definitivamente eres real. Quiero abofetearte y pedirte perdón. Quiero que salgas de mi cabeza, de mi mente, de mi corazón, de mi vida. Quiero tenerte a mi lado, besarte, acariciarte, mirarte, abrazarte... Quiero dejar de ser yo y quiero saber quién eres tú.