domingo, 28 de junio de 2015

Soltería por elección.

Desde hace unos años siempre he estado enrolada en temas de amoríos, y por unas cosas u otras he pasado menos tiempo sola del que me gustaría, por eso en su momento decidí que las relaciones no eran para mi.

No me gustan las etiquetas, aunque sean necesarias, ni las fechas, ni las muestras de amor en público. No me gusta el agobio de esta todos los días con la misma persona, hablando constantemente con ella, dando explicaciones de qué hago y cómo, de dónde voy, con quién o por qué.
No me gusta la sensación de asfixia que me invade tras pasar mucho tiempo con mi pareja, me da pánico el compromiso...

Le tengo pánico al compromiso, me agobia, me hace sentir mal, tengo la continua sensación de que en cualquier momento voy a defraudar a la otra persona. No me gusta sentirme débil, ni sentir que estoy dando un motivo para que la gente me pueda hacer daño.

No quiero pasarme la vida de hombre en hombre, quizá el ideal de que existe un indicado sea una bobada, pero me gusta esa bobada. Quiero que la próxima persona que llegue a mi vida lo haga por mucho tiempo, aunque no sea de por vida. Quiero sentir que es especial, que estoy convencida de ello, de que le quiero y de que aunque le defraude nos volvamos a recomponer, juntos. Quiero sentir seguridad a su lado, que si me caigo me ayudará a levantar, o que directamente no me dejará caer.

No quiero ir de boca en boca, ni ir ''besando ranas para encontrar a mi príncipe''.

Quiero estar sola. Conocerme a mí misma. Saber qué es lo que quiero y qué no, qué es lo que me gusta, y cómo. Quiero saber qué hacer con mi vida y cómo conseguirlo.

Quizá sea que las relaciones no están hechas para mi, o que yo no estoy hecha para ellas. Por un tiempo no quiero a nadie más que no sea a mi, y así, de momento, estoy bien.