domingo, 16 de noviembre de 2014

A veces es mejor seguir sin mirar atrás.

A veces solo hace falta una palabra para hacerte caer, y otras solo un gesto para hacerte levantar.
A veces hay gente que hace lo que sea para hundirte en la mierda, aunque tengan que hundirse ellos contigo, y otras hay gente que dan su vida por verte crecer.
A veces me llevas al infierno con una mirada, y a veces me salvas con un abrazo.
A veces lo único que necesito es que me digas que todo estará bien, que es una mala racha y que lo superaremos.
A veces odio la distancia, esa que hace que aunque nuestra piel esté a centímetros nuestra cabeza esté en mundos distintos.
A veces lo mejor es dejar ir, a veces lo mejor es aprender a volar.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Yo solo busco que me tiemblen las piernas.

Hoy me he dado cuenta del miedo que le tengo a aquello que llaman ''amor'', quizá sea un miedo infudado, una bobada o un trauma, qué sé yo...
Hoy me he dado cuenta de que quizá lo único que quiero es a alguien que esté a mi lado, en lo bueno y en lo malo, que me apoye y me anime, que tire de mi cuando me falten las fuerzas y que yo pueda hacer lo mismo.
Solo quiero a alguien que prefiera quedarse en casa conmigo las noches de sábado, o las tardes de domingo, o las mañanas de cualquier día. Quiero a alguien en quien pueda apoyarme cuando quiera llorar, que me haga ver la vida de otra manera, que me devuelva los colores y la alegría, las ganas de reír y de saltar sin motivo, de chillar por la calle.
Quiero a alguien con quien pueda pasear de la mano, alguien a quien pueda mirar a los ojos y que sepa que me quiere, que me disipe el miedo a perderle, que me diga que estaremos bien, aunque no sea eterno.
No quiero un amor eterno, quiero un amor real, que me haga sentir que merezco la pena, que valgo para algo.
Alguien que me deje ser yo misma, sin presiones, sin miedos y sin ataduras. Alguien que me complemente y no que me quiera poseer.
Alguien que me quiera.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Sexismo.

Hoy me gustaría escribir sobre un tema en concreto: el sexismo.
Estaba yo pululando por la red cuando de repente me encontré con este artículo titulado ''El feminismo visto desde lo más básico'', en verdad, más que de un artículo se trata de una serie de viñetas que explican con la mayor perfección que haya visto jamás este tema.
Y es que, personas del mundo en general, el sexismo es una triste realidad demasiado implantada en la sociedad.
Nosotros mismos estigmatizamos las cosas, ponemos etiquetas (la mayoría de las veces con una intención peyorativa) sin darnos cuenta del daño que le hacen a la gente que las lleva a cuestas, porque sí, yo creo que aquel que dice ''no me importa qué dicen de mi, ni qué etiquetas me ponen'' miente.
A día de hoy a todo el mundo le importa demasiado el resto del mundo y se olvidan de ellos mismos, se dedican a criticar (tal vez como estoy haciendo yo  ahora) qué está bien y qué no lo está, creyéndose los reyes del mambo y con plena capacidad y autoridad para juzgar a la gente.
NADIE es MÁS que nadie, y NADIE es MENOS que nadie.
Yo, y hablo de la forma más personal e imparcial que exista, me considero una persona 'coqueta', me  gusta arreglarme, llevar el pelo planchado, o rizado, me gusta maquillarme, me gusta ponerme tacones, minifalda y (no tanto) escote y sobre todo ME ENCANTA llevar los labios rojos, y eso no me convierte en una chica fácil, y aun así, si lo fuera ¿Qué?
Si fuera una ''chica fácil'' sería más afortunada que muchas mujeres porque disfrutaría de mi cuerpo y lo exprimiría al máximo mientras en todas partes hay mujeres que ni si quiera se conocen a ellas mismas, que no han tenido un orgasmo en su vida, que no han cometido ninguna locura por miedo al qué dirán.
De la misma forma, también me encanta ponerme mis deportivas, unos leggins, mi sudadera y llevar el pelo de leona que he heredado de mis padres, y que tan bien me representa, tan indomable como frágil, tan tosco como fino, tan rebelde y desordenado.... Y eso tampoco me convierte en alguien que descuida su aspecto, o que le falta higiene corporal. Y si fuera así ¿Qué?
Si fuera una persona que no me importara nada mi aspecto viviría feliz también, porque llevaría lo que quisiera cuando me apeteciera, sin hacer caso al temido ''qué dirán'', sin fijarme en si me queda bien o me queda mal, porque si me gusta me lo pongo, y ya está. (Aunque esto último lo suelo hacer mucho).
Yo estoy orgullosa de mis curvas y mis michelines, aquellos que tanto me ha costado aceptar, que tantos disgustos me han dado y que me hicieron pasar una etapa tenebrosa para lograr que desaparecieran. Y yo, con mi tripa y mi cuerpo, puedo decir que me encanta ponerme minifaldas, y no soy una ''chica fácil''.
Sí, me gusta arreglarme, y sí, tengo ideas políticas bastante bien marcadas y definidas. Yo busco un mundo donde haya igualdad, donde cada ser humano de este mundo sea igual que el resto, donde la violencia sea fruto de pesadillas macabras que recuerden a un pasado, quiero elegir a quien me representa, y quiero tener el poder de decidir sobre mi propio cuerpo. Mi cuerpo es MÍO y de nadie más, YO soy la ÚNICA persona que tiene potestad para decidir qué se hace en él o pasa con él, o dentro de él.

¿Por qué estamos tan empeñados en poner etiquetas a la gente? ¿Tanto miedo nos da lo que puedan decir de nosotros? ¿Por qué no ser como queremos? ¿Por qué no hacer lo que queremos? ¿Por qué no disfrutar de nuestro cuerpo y sacarle el máximo partido? Ah, sí, porque la sociedad dice que está mal. Pues, ¿sabéis que os digo? QUE A LA PUTA MIERDA LA SOCIEDAD.
Nosotros mismos somos los que componemos la sociedad, si nosotros cambiamos nuestra forma de pensar, la sociedad cambiará con nosotros. Es hora de liberarse, de ser lo que quieres ser independientemente de tu condición, sexo, raza, nacionalidad o religión. Se como quieras ser y el mundo te aceptará tal y como eres.

Y hablando de disfrutar de nuestro cuerpo, de querernos como somos y de querer a quien queramos quiero recomendar Matemática de la Carne, de Rayden, que me tiene enamorada. Él, su voz, la canción y el vieoclip.

jueves, 23 de octubre de 2014

No somos de piedra.

¿De qué nos sirve mantener la distancia? ¿De qué nos sirve poner un muro entre nuestra vida personal y nuestra vida social? Si al fin y al cabo vamos conociendo a gente y ese muro no las deja pasar. Todo avanza, nada permanece.
¿De qué te sirve la barrera? Si antes o después todos necesitamos un abrazo, unas palabras bonitas o una buena despedida.

domingo, 12 de octubre de 2014

Sigo siendo una yonki de ti.

Sigo esperando una palabra. Sigo esperando una llamada. Sigo esperando un mensaje. Sigo esperando una señal de que estás vivo, de que estás bien, de que estás ahí.
Sigo esperando que vuelvas y pongas mi vida patas arriba. Sigo esperando el desorden porque durante tanto tiempo viví entre caos que ahora que está todo en calma no sé vivir.
Soy como aquel que se lame las heridas y las cura con tequila. Soy como el perro que por muy dolido que esté siempre vuelve, y siempre espera otra palabra, u otro gesto, u otro algo, aunque ese algo no le guste, aunque el gesto le haga daño y aunque la palabra le mate.
Será que soy una yonki de ti, de tu voz, de tu manera de desordenar cada milímetro que me compone.
Será que extraño tus besos, tus palabras y tus días. Será que nunca fueron míos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

De sueños no se vive...

Dicen que de los sueños no se vive pero si podemos vivir para luchar por nuestros sueños.
Para alcanzar aquello que más nos gusta debemos pelear, arriesgar y sufrir. Nunca nadie dijo que fuera un camino de rosas llegar hasta lo que nos proponemos, pero con constancia y esfuerzo todo se supera y todo llega.
Hoy por hoy mi mayor sueño es ser alguien en la vida, que mi gente esté orgullosa de mi y que yo esté a gusto conmigo misma. Quiero poder decir que me he realizado como persona.
No sé si mi sueño estará en la enfermería, en la moda, o quizá en ambos pero sé que acabaré consiguiéndolo y podré decir con la cabeza bien alta: he conseguido mi sueño.

jueves, 7 de agosto de 2014

Sin rescate.

Ella siempre estaba para los demás en sus momentos de oscuridad, intentaba aportar un atisbo de luz a aquellos que lo necesitaban. Siempre pendiente, siempre presente.
Pero de tanto dar luz a los demás un día se le apago la suya y entonces nadie estuvo ahí. Nadie fue a rescatarla de su oscuridad.
Su oscuridad la envolvió y, dándole un frío beso propio de la mismísima muerte, se la llevó dándole su último abrazo.

domingo, 13 de julio de 2014

El tiempo pasa y no pasa nada.

Siempre me ha parecido un poco estúpido escribirle en un blog a alguien que no está, pero hasta ahora nunca había tenido a alguien que no está. Ahora comprendo esa imperiosa necesidad de sacar fuera sentimientos e intentar comunicarle de alguna manera lo que siento.
Soy de las personas que creen que cuando alguien se va solo lo hace su cuerpo, su alma, o espíritu, o como le quieran decir, se queda con nosotros para cuidarnos y ahora lo creo aun más. Estoy totalmente segura de que durante todo este tiempo me ha estado ayudando y protegiendo, puede que esté loca pero diría que incluso a veces siento su presencia.
Siete meses han pasado desde que su cuerpo decidió dejarnos y ojalá pudiera volver ocho meses atrás para decirle todo lo que le quiero, porque cada vez que voy a verle no me salen las palabras y solo le puedo pedir que cuide de nosotros y en especial de mi abuela y mi tía, que le necesitan y le echan mucho de menos.
Mi familia siempre ha sido uno de los pilares de mi vida y ese día ese pilar sufrió un terremoto y se quebró.
Te quiero muchísimo, darte ese último beso es algo con lo que me quedo, no me importó verte en ese estado pues para mi simplemente estabas dormido.
Espéranos mucho tiempo allá donde estés y cuídanos mucho, que te necesitamos más que nunca aquí abajo.

sábado, 28 de junio de 2014

Microcuento.

Después de tanto tiempo esperando a que volviera, de lamentarse por lo que pudo ser y no fue y de querer a un fantasma se dio cuenta de que estaba mejor sin él.

martes, 17 de junio de 2014

Me mata pero a gatas vuelvo a nacer.

Hacía ya tiempo que no tenía esta sensación, ese estar pensando en alguien especial todo el tiempo, ese imaginar sin querer que podría haber pasado y que podría pasar, pero es un quiero y no puedo. Me desconcierta. Quiero decirle que hacía tiempo no sentía esto por nadie, que me gusta aun que (me) suene patético decirlo y reconocerlo, pero no puedo porque me falta valor y seguridad. Me falta el valor de plantarle cara y seguridad para hacerlo sabiendo que la respuesta que me dará será aquella que me convezca y me guste. Quizá sea una cobarde, no lo niego, pero necesito estar segura y cada vez que me mira me desconcierta un poco más.

martes, 27 de mayo de 2014

Listas.

Un día despertó y se dio cuenta de lo poco que apreciaba el mundo, vio que su vida fluía entre listas de cosas por hacer, de la compra, de trabajo... Se levantó y se dispuso a desordenar aquel orden para hacer del caos su hogar y entonces la vio, era la lista de cosas que hacer antes de morir que había escrito años atrás y mientras le echaba un vistazo entendió que no había nada que hubiera hecho pues toda su vida estaba planificada, y entonces lo sintió y supo que tenía que seguir ese impulso. Tiro todas sus listas hizo la maleta y se dispuso a viajar y a conocer mundo, gente, amores, pasiones... Y lo hizo, pero a su nueva manera de ver el mundo.
Plantó libros y leyó árboles. Plantó libros para que las palabras bonitas fluyeran entre la gente, para que las historias salieran y nos ofrecieran formas maravillosas de viajar, para que los escritores nos enseñaran nuevas formas de ver el mundo y para que los personajes salieran y nos enamoraran. Y leyó árboles, aprendió a entender la naturaleza, a amarla y respetarla. Aprendió lo bello que es el silencio cuando se escucha y se dio cuenta de todo lo que se estaba perdiendo.  

sábado, 24 de mayo de 2014

Entonces te das cuenta de aquello que tenías y que no volverá.

'A veces llega un momento en te haces viejo de repente'. Eso es un poco lo que me ha pasado a mi, siempre me he considerado una persona bastante madura y, dentro de mis posibilidades, altamente independiente, pero no te das cuenta de lo que en realidad eres hasta que de verdad maduras.
No sé si habrán sido las pérdidas, el curso o el futuro lo que me ha hecho darme cuenta de que de verdad ya no soy una niña, y de que no volveré a serlo, y en cierta manera lo echo de menos.
Cuando estás en la típica 'edad del pavo' lo sientes todo muy extremo, cuando amas lo haces en cuerpo y alma, cuando algo te duele sientes que te quieres morir, cuando te ríes lo haces hasta llorar y expirar el último aliento, y cuando lloras lo haces hasta deshidratarte.
Sin embargo, cuando creces los sentimientos son más neutrales, menos exagerado. Ya no sientes esos extremos, ni esos cambios de humor repentinos, sientes que has dejado atrás una bonita etapa que, pese a que no siempre fue feliz, recordarás siempre con cariño y te das cuenta de que en verdad lo echarás de menos.

viernes, 18 de abril de 2014

Silencio.

A veces es mejor no decir nada y dejar que el silencio hable por sí solo. 'El que calla, otorga', como dice el dicho. 
A veces necesitamos tener pequeños momentos de silencio en nuestra vida, silencio en la calle, silencio en casa y el más importante, silencio en nuestra cabeza. Mi cabeza se basa en idas y venidas de pensamientos, de emociones, de sentimientos y de recuerdos, y a veces me gustaría darle al pause y que todo dejara de fluir por un momento, que se quedara estático y no se escuchara más que el latir del corazón o la respiración.

viernes, 28 de marzo de 2014

28 de marzo, sumando años.

Más de un año enamorada de una cara que no era la suya de verdad, de la parte de él que quería mostrar. Tres años de que le conocí, yo no creo en los flechazos, pero lo nuestro lo fue, vaya que si lo fue. Las primeras palabras intercambiadas fueron imbéciles, las conversaciones absurdas, pero había algo en él que me hizo estar enganchada horas y horas. Cada día que hablábamos, cada hora juntos era como un chute de alguna droga de diseño, de las que te hacen volar, flotar, sentir una estampida en el estómago, ponerte roja de los nervios, de las que te sacan la sonrisa tonta y hacen que te brillen los ojos... Cada día, cada chute, me hizo volverme adicta a él, a su manera de hablar y de ser, y a la cara que él me mostraba. Una cara que no era la suya, que cuando le di la oportunidad de mostrarme la de verdad me volvió a fallar, van cuatro veces y siempre con la misma dinámica, cuando mejor estoy y más decidida me encuentro a volver a hablar con él descubro por casualidad otra cara más del dado. Se te acaban las caras, y yo me he cansado.
Aun así, otra vez más, volvemos a caer en la tentación de un nuevo y último pico. Y de nuevo después del subidón del pico viene la depresión, la melancolía y el peor de mis castigos, los recuerdos.

miércoles, 19 de marzo de 2014

San José, emociones, dolor y otros sentimientos.

Hoy es un día de emociones y yo una persona sensible en proceso de superar el duelo.
No sé si es por la fecha, por el duelo en sí o por ambas, pero hoy me encuentro especialmente cansada, abatida y sensible.
Hablar con ella es lo más duro, recordarle a él es aun peor, en fechas como hoy especialmente. Supongo que el primer año es el peor, todas las fechas importantes por primera vez con una ausencia notable. Si a principios de diciembre me hubiesen preguntado que cómo creía que iba a pasar el día de mi cumpleaños hubiese dicho que feliz, los dieciocho eran muy ansiados, si hoy me preguntan como lo pasé digo que triste y con una presión aplastante en el pecho. Con ganas de llorar, de meterme en la cama y dormir, de retroceder en el tiempo, de quedarme en los diecisiete para siempre con tal de tenerle a mi lado siempre, pero las cosas no pueden ser así por desgracia. Yo solo llevo tres meses sin él y siento como si hubiera pasado una eternidad, no me quiero imaginar un poco más adelante. Y mucho menos quiero imaginar cómo se sentirá mi abuela...
Es muy duro, demasiado duro, enfrentarse a esto sola porque aunque viva rodeada de gente que dice ser mi amiga, en verdad no tengo a nadie a quién contarle de verdad como me siento, a quién abrirme y en quien apoyarme para superar esto.
Caminar a veces es cansado, el camino es duro, pedregoso y cuesta arriba, tengo una sensación permanente en el cuerpo parecida a la que experimenté el día que subí desde Covadonga hasta los lagos atravesando la montaña. A veces quiero caer, pararme a descansar, o a dormir, o a esperar a que alguien haga el camino por mi, pero sé que nadie lo va a hacer, si no camino yo nadie lo hará por mi.
Debemos aprender a ser fuertes a base de golpes, debemos aprender a anteponer nuestro bienestar al del resto del mundo, debemos aprender a caminar sin bastón, a tropezar y levantar. Debemos aprender que ninguna ladera es lo suficientemente profunda para que si caemos rodando no podamos ponernos en pie y volver a subir, aunque tengamos que hacerlo con los muñones ensangrentados.
La vida es sudor, y el sudor es esfuerzo y dolor. Pero el dolor conlleva superación.

sábado, 15 de marzo de 2014

Estereotipos, sexismo y demás tumores de la sociedad

Estoy harta de los estereotipos, de que todo tenga que ser o blanco o negro.
Estoy harta del sexismo de la sociedad, de que te encasillen y te etiqueten como si fueras un juguete. Basta. No somos objetos, somos humanos.
En mi caso, lo que más me fastidia es el mal concepto que se tiene de las mujeres que, como a mi, les apasiona la moda y el maquillaje... No todas las mujeres que nos interesamos por esos temas somos chicas tontas 'sin cerebro', muchas pensamos más que la mayoría que se limitan a poner las malditas etiquetas (aun que teniendo en cuenta que esa gente no piensa mucho, a nada que pensemos ya lo hacemos más y mejor que ellos).
Me encanta la moda, me encantan los tacones, los vestidos, el maquillaje y el peinarme ''bien''. Me encanta verme arreglada. Pero sobre todo, me encanta pensar por mi misma.
No me considero una luchadora, ni una defensora radical de las ''causas perdidas'', pero sí me considero una mujer autosuficiente con capacidad para decidir sobre sus ideas políticas. Creo que estoy lo suficientemente capacitada para subirme a unos tacones y a la vez salir a la calle a luchar por mi libertad individual, por mi libertad como mujer y por mi libertad como ciudadana del mundo. Me considero suficientemente capaz de ir bien vestida y salir a luchar por mis derechos y por los del resto, a luchar por conseguir un trabajo digno, un sueldo igualitario...
En mi caso mis formas de pensar son lo que la sociedad considera de ''perroflauta'' y sin embargo mi aspecto no lo aparenta, creo en la libertad e igualdad de absolutamente todas las personas del mundo, creo en el derecho a la vida de todo tipo de seres vivos, humanos, animales o vegetales, por tanto, y haciendo referencia al tan actual tema de actualidad, considero que el aborto no es la única solución, hay muchísimas más, pero no por ello discrimino a las mujeres que eligen esa salida, pues debe ser algo muy duro y doloroso, al contrario, las respeto y tienen todo mi apoyo. Estoy absolutamente en contra de que se prohíba el aborto, de que a las mujeres nos quiten la libertad de decidir qué hacer con nuestro cuerpo, sin duda alguna estamos volviendo para atrás, estamos retrocediendo demasiados años en el tiempo. Y lo que, personalmente, más me duele es el hecho de ver que toda la lucha que nuestros bisabuelos y abuelos, tanto hombres como mujeres, la lucha de gente desconocida que murió defendiendo los ideales de libertad, que murieron creyendo firmemente en que la sociedad avanzara y que consiguieron que progresara, lo que más me duele es que todas esas muertes no sirvan para nada.
Por el hecho de que a mi me guste la moda no significa que sea una oveja que siga al rebaño sin pensar, por el hecho de que a un hombre le guste la moda no significa que sea homosexual. No estereotipemos las cosas, luchemos por la libertad de todos los individuos y por poder tener la capacidad de decidir cómo vestir, como peinarnos, como pensar o como actuar en cada momento.

viernes, 7 de marzo de 2014

Autoaceptación, no, autocompasión, quizás.

Día tras día intento creerme y hacer creer que me da igual cómo sea, como vista, como me peine. Antepongo la comodidad a la belleza, el dormir diez minutos más al ir maquillada a clase, pero si algún día salgo si que me gusta arreglarme.
Pero, ¿para qué? Cuando llego a casa y me quito el maquillaje, debajo de esa capa, sigo estando yo, aquella que no se valora una mierda, que quizá no se quiera porque no la quieren, o que quizá no la quieran porque no se quiere.
Yo soy aquella persona negativa, consecuente, la que se pone la máscara de valiente aunque esté temblando de miedo por dentro. Aquella que odia hablar de sí misma y de sus sentimientos de forma seria, porque si lo hace, probablemente acabará llorando. Aquella que siente que su vida es una mierda y que no vale nada.
Aquella que día tras día se tiene que mirar en el espejo, aquella que no se reconoce cuando se mira, que no se identifica con la imagen que el maldito cristal refleja.
Yo soy aquella que siente que su cuerpo es una cárcel, que intenta aparentar seguridad aunque no se quiera una mierda. Aquella a la que no llaman fea a la cara para no herir los sentimientos de la pobre chica, pero de la que se ríen a sus espaldas.
Soy aquella que tiene unos ideales definidos y marcados, quizá un tanto diferentes al resto. Aquella que no le gusta encasillarse en una sola definición, la que se niega a seguir un modelo de vida, pero la que se guía por los cánones de belleza.
Yo soy aquella que, en otros, le da más valor al pensamiento que al físico, pero que respecto a sí misma se preocupa porque la vean bien, por verse bien.
Y quiero cambiar, me gustaría volver a tener fuerza para hacer lo que hice hace dos años, pero me da demasiado miedo volverme a enfrentar a eso yo sola, me da miedo entrar y no poder salir. Y lo que aun me da más miedo es que, aun que mi cuerpo no lo refleje, mi mente sí, y creo que aquel maldito pensamiento, aquella maldita obsesión, nunca se marchó de la cabeza.
Yo soy aquella que tiene miedo a cambiar y no a la forma en que lo haga.

martes, 4 de marzo de 2014

Pasa que, una vez más, te estás volviendo a enamorar.

A veces me pregunto si alguna vez de verdad lo quise, y entonces me respondo con otra pregunta ¿alguna vez has dejado de hacerlo? Y entonces entra en mi mente otra tercera ¿cuándo dejarás de quererle?
¿Cuándo será el día qué te darás cuenta que por mucho que le quieras él ya no te quiere? Que no eres nada suyo, que nunca lo fuiste y nunca vas a serlo. Que todo fue un engaño. Por muchas veces que te repita que es gilipollas, que fue un error, eso solo lo hace cuando se aburre, cuando está solo pero... ¿y tú? ¿Qué pasa cuando te invaden esas ganas locas de hablar con él? Cuando quieres decir que le conoces, que le quieres aun que sea como amigo. ¿Qué pasa cuando te vuelven a pedir explicaciones? ¿No tuviste suficiente?
No vuelvas a caer de nuevo, porque no te hará bien. No vuelvas a creer que él te quiere, porque eres otra más. El amor no se dice, se demuestra, y, hasta el momento, él te ha demostrado poco, más bien todo lo contrario.

sábado, 1 de marzo de 2014

Yo quiero un mundo mejor ¿y tú?

Me gusta la revolución, manifestarme, chillar, gritar, intentar mejorar las cosas. Me gusta creer que con un poco de suerte, gracias a nosotros el mundo mañana será un poquito mejor. No importa si intentas cambiarlo con una pañoleta al cuello, o a pie de calle luchando por tus derechos, lo que importa es el cambio.
Quiero ver el mundo cambiar, los ojos de la gente llenos de humanidad, a los animales libres y a la naturaleza en su belleza plena.
Quiero que todo el mundo sea consciente de que un cambio es posible, que el respeto y la tolerancia son los verdaderos valores de la vida, los que nos deberían inculcar a todos por igual, pues todos somos iguales.
Me encantaría ver que un día no hay países, solo ciudadanos del mundo. Que las fronteras no fueran más que líneas imaginarias, como los meridianos. Que la policía no existiera, porque  no hiciera falta. Que los crímenes y los asesinatos fueran fantasías de novela negra, y no tristes realidades más comunes de lo que deberían.
Quiero ver la igualdad entre todos los seres de la tierra, humanos o no, y quiero ver que las únicas diferencias que haya sean las de las revistas.
Me encantaría ver un mundo nuevo, donde los únicos días grises sean los días en que el cielo esté nublado, y que incluso la lluvia trajera alegría.
Que la guerra fuera aquello que pasa en los campamentos cuando se juega al Presing kiss.
Yo llevo una pañoleta al cuello y grito por mis derechos de mujer y de humana. ¿Y tú? ¿Qué haces para intentar cambiar el mundo?

sábado, 22 de febrero de 2014

Es en ese momento cuando te das cuenta de que lo difícil es lo más fácil.

En momentos como este, cuando sientes que no vales nada, que nada merece la pena y solo la música te acompaña, te das cuenta de lo bonita que es la vida, de lo puta que es y de que nos trae locos. Te das cuenta que en este mundo no hay blancos puros ni negros absolutos, el blanco siempre es un blanco roto, y el negro un negro apagado tirando a marrón. Te das cuenta de que ni lo malo es tan malo, ni lo bueno tan bueno. Que a lo mejor merece la pena vivir, que no va a ser fácil superar todo lo sucedido, pero poco a poco lo estamos consiguiendo, hemos estado peor...
Es difícil sentir que se derrumba todo, pero más difícil es volverlo a construir, pero se intenta, porque la vida se basa en eso, en construir edificios de felicidad y que vengan nubes amargas y escondan los edificios, pero por mucho que se escondan, seguirán estando ahí y tienen cimientos tan fuertes que aun que algún piso se caiga no será difícil volverlo a construir.

jueves, 20 de febrero de 2014

Tan triste como cierto.

No sé por qué me afecta tanto todo esto. No entiendo mis cambios de motivación, un minuto a bajo cero y al siguiente a doscientos. No entiendo el pánico que me entra ante el resultado. No sé por qué me da tanta rabia. Me da tanta rabia que al final exploto, y lloro. Simplemente lloro. Muchos creeran que lo hago para dar pena, otros que doy pena, pero yo sé que lloro de rabia e impotencia, de esforzarme y gastar horas en conseguir algo que quiero y no obtener nada, y otros que pasan y lo hacen el día antes tienen mejores resultados, lo sé, capacidades diferentes, inteligencias diferentes...
No sé por qué paso todo el día pensándolo, ni si me merece la pena llevarme tantas rabietas. Supongo que será el miedo al fracaso, y el verme toda la vida encadenada a algo que no me gusta.
No entiendo por qué si tienes más dinero puedes acceder a una educación 'superior' sin tener que esforzarte, pagando entras, pagando apruebas, es así.
Es triste y lamentable que pase esto, sobre todo en el campo de la sanidad, pero más triste es que los que nos lo curramos y de verdad queremos entrar nos quedemos a las puertas por falta de un punto en la nota, o de un par de ceros más en la cuenta.

lunes, 27 de enero de 2014

La pescadilla que se muerde la cola.

Lo volviste a hacer. Le volviste a hablar y te volviste a dar cuenta de que, una vez más, le tenías idealizado, de que no es como crees, ni como quieres que sea y de que no eres como piensa. Dos desconocidos que creen conocerse, dos conocidos que creen pasar desapercibidos. Una relación de amor-pasotismo en el que cuando uno de los dos intenta hacer algo, el otro no está de humor. Una relación con demasiada distancia de por medio, estando al lado estamos a kilómetros, estando a kilómetros nos sentimos al lado.

Cuando dices 'hasta nunca', o cuando dices 'para siempre'.

Demasiadas son las veces que damos por hecho una cosa, que está tan presente en nuestras vidas que no la apreciamos lo que se merece, por costumbre, por hábito o por pereza. Pero también son demasiadas las veces en las que una pequeña modificación en aquel fuerte que constituye nuestra vida es un cambio demasiado grande en nuestro mundo, una nueva vida, una enfermedad, una pérdida... Pequeñas cosas sucedidas a pequeñas personas que hacen dar a nuestra vida un cambio de 180º, que lo ponen todo patas arriba y no nos dejan ver con claridad qué es lo que seguimos teniendo. Demasiadas son las veces que esos cambios nos ciegan y no nos dejan apreciar y querer a la gente que está con nosotros.
Demasiadas son las veces que damos por hecho una cosa, un familiar, una vida. Pero de repente todo cambia, de repente se va, de repente ya no está, y te preguntas por qué fuiste tan gilipollas de no haber apreciado lo suficiente a esa vida que se ha ido, un último beso, un último te quiero, un último adiós en vida.
Algo tan simple como un último beso puede ser la salvación o el infierno eterno. Un arrepentimiento o un alivio.
Yo tuve mi último beso, aun que no mi último adiós porque, sinceramente, no me salían las palabras. Verle en una cama, enchufado a tantos aparatos y sentir que su vida dependía de un tubo conectado a una máquina fue demasiada impresión para mi, a pesar de eso yo le di un último beso, una última caricia y mi particular último adiós cuando todavía estaba vivo. Y a pesar de esa imagen, de la impresión y de sentir que mi mundo se derrumbaba, no me arrepiento de nada.
Sé que sabía que le quería con toda mi alma, pero quizá no se lo dije lo suficiente. Pero de los errores se aprende, ahora aprovecho cada momento para dar un beso, o un abrazo, o un te quiero. Muestras de afecto tan sencillas como inesperadas que marcan la diferencia entre un último adiós o un hasta luego.
Mi salvación es el último beso que le di, las últimas fotos que tengo y un último vídeo de tan solo quince segundos. Quince segundos que me sé de memoria y me acompañarán para siempre.
''Recuerda lo bueno y olvida lo malo y siempre que así me recuerdes podré estar a tu lado''.

sábado, 25 de enero de 2014

No me quieres ver ni en broma, en broma te digo quiéreme.

Hoy me apetece recordar, tengo en el cuerpo una sensación extraña que me invita a hablarte pero, como siempre, el miedo a ser inoportuna puede más que mis ganas de hablar contigo. No quiero molestar, no quiero ser inoportuna y no quiero que me coja asco. El miedo a perderle para siempre puede más que cualquier otro sentimiento. Ya le perdí una vez, y no quiero que vuelva a suceder así que prefiero guardar las distancias y saber que está ahí a pensar que ha desaparecido de mi vida para siempre, aun que quizá eso fuera lo mejor...

miércoles, 1 de enero de 2014

¿La sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos?

Por unas cosas o por otras hoy he vuelto a recordar quién era yo hace dos años, lo feliz que era y lo poco que me importaba todo. Hoy quiero volver a ser así. Quiero volver a sonreír de verdad, a vivir de verdad, a enamorarme de verdad, a querer de verdad. Quiero volver a sentirme bien conmigo misma, como en aquella época.
Sé que para lograrlo necesito trabajo duro, esfuerzo y dedicación, que debo privarme de ciertas cosas para conseguir llegar a ser quien quiero ser y como quiero ser, no será fácil, pero estoy segura de que al final del todo lo lograré porque hoy he vuelto a recordar que quiero ser como solía ser.