lunes, 27 de enero de 2014

La pescadilla que se muerde la cola.

Lo volviste a hacer. Le volviste a hablar y te volviste a dar cuenta de que, una vez más, le tenías idealizado, de que no es como crees, ni como quieres que sea y de que no eres como piensa. Dos desconocidos que creen conocerse, dos conocidos que creen pasar desapercibidos. Una relación de amor-pasotismo en el que cuando uno de los dos intenta hacer algo, el otro no está de humor. Una relación con demasiada distancia de por medio, estando al lado estamos a kilómetros, estando a kilómetros nos sentimos al lado.

Cuando dices 'hasta nunca', o cuando dices 'para siempre'.

Demasiadas son las veces que damos por hecho una cosa, que está tan presente en nuestras vidas que no la apreciamos lo que se merece, por costumbre, por hábito o por pereza. Pero también son demasiadas las veces en las que una pequeña modificación en aquel fuerte que constituye nuestra vida es un cambio demasiado grande en nuestro mundo, una nueva vida, una enfermedad, una pérdida... Pequeñas cosas sucedidas a pequeñas personas que hacen dar a nuestra vida un cambio de 180º, que lo ponen todo patas arriba y no nos dejan ver con claridad qué es lo que seguimos teniendo. Demasiadas son las veces que esos cambios nos ciegan y no nos dejan apreciar y querer a la gente que está con nosotros.
Demasiadas son las veces que damos por hecho una cosa, un familiar, una vida. Pero de repente todo cambia, de repente se va, de repente ya no está, y te preguntas por qué fuiste tan gilipollas de no haber apreciado lo suficiente a esa vida que se ha ido, un último beso, un último te quiero, un último adiós en vida.
Algo tan simple como un último beso puede ser la salvación o el infierno eterno. Un arrepentimiento o un alivio.
Yo tuve mi último beso, aun que no mi último adiós porque, sinceramente, no me salían las palabras. Verle en una cama, enchufado a tantos aparatos y sentir que su vida dependía de un tubo conectado a una máquina fue demasiada impresión para mi, a pesar de eso yo le di un último beso, una última caricia y mi particular último adiós cuando todavía estaba vivo. Y a pesar de esa imagen, de la impresión y de sentir que mi mundo se derrumbaba, no me arrepiento de nada.
Sé que sabía que le quería con toda mi alma, pero quizá no se lo dije lo suficiente. Pero de los errores se aprende, ahora aprovecho cada momento para dar un beso, o un abrazo, o un te quiero. Muestras de afecto tan sencillas como inesperadas que marcan la diferencia entre un último adiós o un hasta luego.
Mi salvación es el último beso que le di, las últimas fotos que tengo y un último vídeo de tan solo quince segundos. Quince segundos que me sé de memoria y me acompañarán para siempre.
''Recuerda lo bueno y olvida lo malo y siempre que así me recuerdes podré estar a tu lado''.

sábado, 25 de enero de 2014

No me quieres ver ni en broma, en broma te digo quiéreme.

Hoy me apetece recordar, tengo en el cuerpo una sensación extraña que me invita a hablarte pero, como siempre, el miedo a ser inoportuna puede más que mis ganas de hablar contigo. No quiero molestar, no quiero ser inoportuna y no quiero que me coja asco. El miedo a perderle para siempre puede más que cualquier otro sentimiento. Ya le perdí una vez, y no quiero que vuelva a suceder así que prefiero guardar las distancias y saber que está ahí a pensar que ha desaparecido de mi vida para siempre, aun que quizá eso fuera lo mejor...

miércoles, 1 de enero de 2014

¿La sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos?

Por unas cosas o por otras hoy he vuelto a recordar quién era yo hace dos años, lo feliz que era y lo poco que me importaba todo. Hoy quiero volver a ser así. Quiero volver a sonreír de verdad, a vivir de verdad, a enamorarme de verdad, a querer de verdad. Quiero volver a sentirme bien conmigo misma, como en aquella época.
Sé que para lograrlo necesito trabajo duro, esfuerzo y dedicación, que debo privarme de ciertas cosas para conseguir llegar a ser quien quiero ser y como quiero ser, no será fácil, pero estoy segura de que al final del todo lo lograré porque hoy he vuelto a recordar que quiero ser como solía ser.