domingo, 29 de septiembre de 2013

Tardes de lluvia y melancolía.

Otra vez me ha vuelto a pasar lo mismo. Ha de ser que con el frío también llegan los recuerdos. Que las tardes de manta y peli evocan a un pasado que se fue, a un tiempo que no volverá, a personas que se olvidaron de tu nombre, y a te quieros que jamás volverán a ser pronunciados.
Ha de ser que el mirar por la ventana y ver la lluvia caer me hace plantearme en todo lo que fuimos y nunca seremos, en todas las lagrimas y en todos los recuerdos. En todos los momentos que la lluvia ha barrido.
Últimamente no me siento bien. Sé que algo está cambiando, y no sé el que. Ahora, con un nudo en la garganta, y lágrimas asomando por mis ojos, creo que tengo miedo al cambio.
Me da miedo dejar atrás a toda la gente que quise, que un día formó parte de mi vida y que ya no está. Me da miedo el enfrentarme a nuevos tiempos yo sola, el no tener a nadie que me ayude, que me tienda su mano y me guíe hacia adelante aun que esté más perdido que yo.
Pero, como todo, los miedos hay que superarlos. Hay que secarse las lágrimas, desacerse el nundo y gritar ¡joder, yo me guiaré! Seré la propia luz que alumbre mi camino, me encargaré de no desfallecer, y cuando vea que me estoy apagando descansaré. Me encargaré de recordar cada momento con una sonrisa, sin pena ni miedo, sino con alegría por aquello que tuve, y aquello que vendrá.
Y que sea lo que tenga que ser, porque lo que tenga que venir, vendrá.

Tantos tipos de amor, tan pocos sentimientos.

Amores que matan. Amores que se viven. Amores no correspondidos. Amores que alivian. Amores lejanos. Amores fugaces. Amores eternos. Amores vivaces. Amores utópicos. Amores idealizados. Amores pasionales. Amores de aquí y de allí.
Tantos tipos de amores, tantas clases de pasiones y los mismos sentimientos, primero te emocionas, te ilusionas, fantaseas, idealizas, sientes mariposas, miedo, pasión, todo eso lo sientes a la vez. Después, nada. Un abismo, te sientes vacía, como si te hubieran sacado las entrañas con una cuchara poco a poco y tú no pudieras hacer nada, sientes dolor, rabia, impotencia, pero no puedes hacer nada. Alguien te susurra 'shh esto ya pronto acaba', y tiene razón. Cuando acaba ya no hay nada. Ni vacío, ni pena. Ni amor, ni dolor. Ni pasión, ni desenfreno. Solo una sonrisa de gilipollas y un solo pensamiento en la cabeza. Solo un te quiero fugaz al que se le robó el dueño y que ya nunca será pronunciado.

jueves, 12 de septiembre de 2013

¡Quéjate, rebélate, exprésate! Pero sobre todo, sé libre y sé feliz.

Es tarde y me apetece escribir, aun que ahora no tengo tema fijo. Suena 'Nothing Else Matters' de fondo, mi moño y mi cara de sueño demuestran que no ha sido una noche muy productiva. Desaprovechamos el tiempo continuamente, sin darnos cuenta somos meros espectadores de él, nos quedamos sentados viendo como se escapa, como cada segundo corre, como cada minuto muere, como cada hora es irrecuperable, y hora a hora se forman días, meses, años, incluso décadas en las que no nos sentimos para nada productivos.
¿Qué he hecho con mi vida estos diecisiete años? ¿Qué haré los próximos diecisiete? Definitivamente no tengo respuesta, no sé qué he hecho, qué haré ni qué estoy haciendo. Lo que sé es que valoramos muchísimo menos de lo que deberíamos cosas de la vida cotidiana.
Hago un pequeño inciso para decir que la canción se ha acabado, y suena 'Grita' de Jarabe de Palo, y sin querer me sale una sonrisita, porque está canción es lo puto mejor.
Prosigamos, valoramos poquísimo las cosas que tenemos continuamente en nuestra vida tales como la familia, los amigos, e incluso el sol. Todo ello puede desaparecer en menos de un segundo, no dejemos que se vaya tan fácil, o al menos no que lo haga en vano. Logremos que cuando se vaya un familiar, quede en nuestro corazón, que cuando se vaya un amigo sea para dejar paso a otro y que cuando el sol se esconda sea para dejar paso a otro día nuevo, y a una nueva oportunidad de mejorar, de progresar, de avanzar.
No sé qué quiero hacer con mi vida, no tengo claro nada, no tengo vocación, pero sé que quiero ser alguien, quiero descubrir un trabajo que me encante, que me llene, que me sienta realizada. Quiero que cuando me vaya alguien me recuerde, y cuando oiga mi nombre sonría. Quiero hacer tantas cosas... Y eso no se consigue esperando sentada a que lleguen oportunidades, se consigue saliendo a la calle, corriendo como loca tras de ellas, llamando la atención a la suerte y atraiéndola hacia nosotros.
¡Joder, no seamos simples espectadores de la vida! ¡No dejemos que nuestro nombre se borre de la historia el día de nuestra muerte! Hagamos algo grande, algo de valor, algo que para nosotros sea mejor que cualquier cosa que nadie ha logrado jamás. No por construir la torre más alta del mundo se hace algo grande, no por dirigir un país se es grande. Una persona es grande cuando hace sonreír a la gente de su al rededor día a día, cuando es alegre y contagia su alegría, cuando ayuda, cuando sueña, cuando ríe, cuando vive. Sé grande en tu vida, porque es tuya, tú eres el protagonista de tu obra, solo por eso ya eres grande.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

'Y morirme contigo si me matas, y matarme contigo si te mueres'.

Acabo de verte, me pongo a pensar. Recuerdo todo lo que fuimos y lo que nunca seremos, aquello que se prometió y que nunca se cumplirá. Y sí, quizá sea la mujer más pesada del mundo por recurrir al mismo tema una y otra y otra y otra vez, yo también me doy cuenta, pero no puedo evitarlo.
Recuerdo como el siempre se acabó, y como me sentí cuando eso pasó. Fue como si me estrujaran el corazón, como si me lo arrancaran en vida, fue el golpe más duro recibido hasta el momento.
Aun que quiera negarlo aun me duele, quizá porque en el fondo sigo queriendote de forma especial, ya no como algo más, si no como aquel primer amor de una chiquilla inocente.
Me paro a pensar en como me siento si te pienso, y en como me siento si no estás, si no tengo noticias de ti, observo mis reacciones y las analizo y llego a la conclusión de que quizá decirte adiós haya sido, sea y será una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. No quiero hacerlo, pero algo me impulsa a ello.
Aun que volviéndolo a pensar, como dijo el gran Sabina: 'porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren'.