domingo, 15 de enero de 2012

¿Se supone que me tengo que creer que me quieres?

Tú un día me preguntaste: Ahora mismo, ¿serías capaz de mirarme a la cara y decirme que no sientes absolutamente nada por mi?. Y yo te respondí: de mirarte a la cara sí, pero de mirarte a los ojos no. La cara tiene muchas partes, pero ahora mismo sería incapaz de mirarme a los ojos y decirte que no siento nada por ti. Eso sí que sería un imposible. A lo que tú preguntaste: ¿por qué?. Y yo te respondí lo más sinceramente que pude, escribí cada palabra con toda mi alma puesta en ella: porque una no puede hacer desaparecer todo lo que ha sentido por alguien en un par de meses, por que pese a que no te conozco, te he querido más que a nadie que haya querido o conocido hasta el momento, porque siempre fuiste especial, porque pese a que me niegue a mi misma constantemente el echo de que te quiero, no lo puedo evitar, te quiero y no sé por qué cojones lo sigo haciendo. No te voy a decir que te quiero más que antes, pero tampoco que menos. Porque aun que lo evite y lo ignore, estás en mi mente. Porque aún sonrío cuando me acuerdo de ti. Porque llámame tonta si quieres, pero tengo un mensaje tuyo guardado desde hace mucho, y quiero borrarlo, pero no puedo. Mi corazón me lo impide, y aun que mi mente niegue que existe y existió algo por ti, hay algo dentro de mi que siempre lo hace evidente. Tú simplemente me respondiste: jope, no me esperaba esa respuesta. Y tras unos pocos minutos hablando más, te fuiste a dormir. Y no hemos vuelto a hablar. Sé que te conectas. Sé que me ves conectada y me ignoras. Te hago la declaración de amor más bonita de la historia del romanticismo mundial y pasas de mi. ¿Era eso lo que querías? ¿Que te dijera que te quiero con toda mi alma para así poder dormir tranquilo y desaparecer de nuevo? Pues lo conseguiste, te lo dije, y me arrepiento. ¿Contento?

No hay comentarios:

Publicar un comentario