viernes, 21 de junio de 2013

Tenía tanto que a veces maldigo mi suerte, a veces la maldigo por no seguir contigo.

Maldigo al que inventó el amor, el romanticismo y la pasión. Maldigo al inventor del cariño, de la amistad y del roce. Maldigo al inventor de los celos, de las comeduras de cabeza y de las rabietas. Maldigo al inventor de llantos hasta quedarse seco, del consultar con la almohada  las decisiones importante. Maldigo al inventor del miedo al qué dirán, de la vergüenza y del miedo en general. Maldigo al inventor de los bulos y de las millones de formas posibles de hacer daño a una persona. Maldigo al primero que rompió un corazón y maldigo a todos aquellos que lo toman de ejemplo. Maldigo los tópicos para dejarte, como el 'no es por ti, es por mi'. Maldigo al inventor de los mensajes románticos, de los te quiero y del vamos más allá. Maldigo al primero que dijo 'siempre' y no lo cumplió. Maldigo a todo aquel que dijo hasta el infinito y más allá y solo aguantó un par de metros corriendo. Maldigo al inventor del 'nunca nos separaremos' y 'siempre juntos', y maldigo a los que dijeron eso y duraron dos meses. Te maldigo a ti, que ocultas tus miedos metiéndote con otros. Me maldigo a mi por dejar que tus palabras me afecten. Me maldigo a mi, que me afecta el amor, el romanticismo y todo lo ñoño, que me dejo llevar por lo que es justo para todos, aun que sea malo para mi.
Maldita yo que no sabe ser egoista y pensar en ella misma. Maldita mi mente que me hace pensar como pienso. Malditos aquellos que me mostraron un pensamiento diferente al del resto. Y malditos mis sentimientos, que son los que hacen que sienta miedo de mostrarme al mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario