domingo, 25 de noviembre de 2012

Amanecer charlando con cara de locos.

Quizá sea lo que más extrañe de ti. No solo extraño tu compañía, extraño sobre todo tu compañía por las noches, cuando no me sentía tan sola, cuando me hacías creer que el mundo era bonito, que era para mi, que ahí fuera no había nada más que nosotros dos. Echo de menos el ver amanecer junto a ti y comentar lo precioso que se ve salir el sol, el cielo, las nubes, la tranquilidad que se respira. Echo de menos saber que te tenía a mi lado, para lo que fuera. Echo de menos el que me digas: estuudia, y al rato me repitas ¿qué te he dicho? ¡que es tu día!. Echo de menos sentirte cerca y a la vez tan lejos. Echo de menos odiar la puta distancia que nos separa, y que tú la odies conmigo. Echo de menos hacer planes de futuro que nunca se cumplirán, que diseñemos nuestra casa, que elijamos cómo van a ser nuestros hijos, el perro y el patio. Echo de menos reírme como una tonta, suspirar cada vez que hablo contigo. Echo de menos tu risa. Echo de menos tus mensajes de buenos días, nuestras despedidas eternas y nuestros mensajes antes de dormir. Echo de menos que me digas que me quieres. Echo de menos que me ayudes a estudiar. Echo de menos que me animes cuando estoy mal. Echo de menos tu imaginación que, junto con la mía, se inventaba unas historias que hacían reír y llorar, cantar y deprimirse. Echo de menos tantas cosas de ti que no tendría tiempo suficiente para explicarlas todas. Y aquí estoy yo, casi un año después de que acabara todo definitivamente, echándote de menos como una tonta, llorando sin poder evitarlo cada vez que pienso en todo lo que pasamos y lo rápido que se esfumó todo. Y tengo miedo, miedo de que me vuelva a pasar, miedo a que me vuelvan a mentir como tú lo hiciste, miedo a ilusionarme, miedo a reírme, miedo a enamorarme y que resulte ser todo falso, miedo a que de la noche a la mañana todo acabe y me quede sola, echa una mierda, echándote de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario