Camino número uno: hacer día tras día algo que te guste de verdad, que te emocione, que te apasione. Algo que tras cincuenta años haciendo te siga poniendo el pelo de punta como el primer día.
Camino número dos: estar realmente loco.
Verdaderamente, para encontrarle sentido a la vida, lo primero que tenemos que hacer, es dejar de buscarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario