domingo, 24 de enero de 2016

Y justo cuando más perdida estaba fue cuando me encontraste.

Nos perdimos entre vasos y besos en cualquier bar de mala muerte, besos que nos comían por dentro.
Nos perdimos entre las ganas de ser uno, entre pasión y sábanas húmedas. Nos perdimos entre un aquí te pillo aquí te mato, nos perdimos repitiéndolo más lento y más pasional.
Nos perdimos entre besos fugitivos por las esquinas.
Nos perdimos entre polvos de ensueño, de esos que te hacen gritar hasta quedarte sin respiración, de esos pasionales y viscerales donde solo hay atracción y locura y el amor es una palabra inexistente. Donde se folla con rabia y desenfreno, donde no hay cosas prohibidas y un mundo por explorar se abría ante nuestros ojos.
Nos perdimos entre mis uñas clavadas en tu espalda y tus dientes clavados en mis hombros, porque me encanta que me muerdas, y te encanta que te arañe.
Yo me perdí en tus lunares y tú en mis caderas, nos perdimos entre gritos que nos dejaron secos en una habitación cualquiera.
Nos perdimos en nuestra propia ciudad, viendo el firmamento sin dejar de mirar el techo.
Qué suerte habernos perdido esa noche, y qué suerte habernos encontrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario